Laura Carrasco; Lo mío es la catarsis.

Laura tiene apenas 19 años de edad. Estudia Letras españolas en la Universidad de Chihuahua, disfruta tomar fotografías, ver películas y vagar por la calle. Pero su más grande pasión es escribir; no recuerda que su gusto por la escritura haya nacido de tal o cual manera, ya que desde siempre le pareció mucho más fácil dibujar el mundo con palabras y a través de ellas tratar de aproximarse más a él. "Crecí en un mundo donde estar abstraída con un libro era antinatural y a pesar de todo, es el camino que elegí porque es el que me proporciona más placer"

-Llorarle al  miedo

Estoy aquí sentada
contemplándome el insomnio
despedazando memorias
y rompiendo lazos
que de profundos creía inexorables.
Voy buscando a dios
y no le encuentro.
Mi existencia se ha tornado un desastre
Recuerdo, le recuerdo,
desde aquella mi última risa
ya han pasado varias vidas.

Cualquier sensación que le proporciona la vida misma, independientemente de la tonalidad que esta sea, es y será su mayor inspiración. La noche, una taza de café, cigarrillos, su minina a un lado y la soledad o en su defecto el sueño profundo de los que le rodean, es el mejor escenario donde comienzan a brotar las letras de sus manos. "Trato de decir lo indecible, pero el lenguaje no me basta. Escribo como catarsis frente a esa imposibilidad de poner mis sensaciones en el mundo"

-VII

Después llegó el cansancio de los muros intrandescentes.
Un pájaro se rompió los dedos tratando de escribir palabras
que vencieran el tiempo
y de lamer arrullos sobre un amor que se suicida.
Había olvidado que el grito anida entre las ramas ciegas.
Ahora veo a mi pájaro dejar caer sus plumas una a una,
junto a tu nombre,
en los pliegues de una tempestad negra.

Mas que buscar el consagrar su propio estilo, lo que desea Laura es que todos aquellos que la lean, sean capaces de entender otro mundo sólo por un momento, y que no sean más que palabras vaciadas, sino que despierten en ellos todo tipo de sensaciones. 

-Lo llama. Lo guarda.

Todo cae ante el peso del silencio
Mi cuerpo le guarda soy una confusión desanudada
por las manos que van desencadenando cataclismos

Aquí nos deja una pequeña ventana, su Tacto desunido donde podemos asomarnos a ese mundo que nos dibuja con sus propias letras.